Por fin hemos encontrado un lugar donde podemos escondernos de los estruendos de las discotecas, los chumba chumba y las camisas. Por fin hemos encontrado un lugar donde se puede hablar, bailar buena música y beber (¡beber!).
¿A cuántas personas se les puede dar el número de teléfono una noche? Seguro que volvemos.
PD: Como Carlos estaba en París no tenemos reportaje fotográfico de este rinconcito de Dijon.
Si es que falto yo y ya no hay ninguna foto, ya os vale jeje!!!
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